Son
las 8 de la mañana y mi padre se ha empeñado en que le ayude con
las reformas de la casa nueva, me ha tocado, no hay nadie más. En
momentos como este, la igualdad de género me parece un pensamiento
mierdoso, las mujeres deberíamos conversar y tejer, a lo mucho
cocinar, no tenemos fuerza en los músculos para enyesar paredes. Y
pintar es aburrido.
No
me gusta pintar, lo odio , ni ver a la gente pintar, ni llenarme de
puntitos blancos que luego voy a tener que limpiar de mi piel, hay
que rascar y luego se irrita y como se irrita pica más, es un muy
triste, es patético. Prefiero en cambio sentarme y quedarme
absorta en mis pensamientos para luego volver a casa con la sensación
de haber hecho algo productivo aunque solo haya sido salir de la
cama.
La
pereza es la madre de todos los vicios, y los vicios y estos los
padrinos de la creatividad.
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