sábado, 3 de noviembre de 2012

Familia


Irte a dormir rezando para que no haya mañana, para que la necesidad de te quieros, se vaya.
Vagar desnudo por una calle desierta, le resta importancia a la rebeldía, ojalá al volver la casa no esté vacía, ojalá alguien me riña, piensas.
No piensas, no recuerdas cuanto odiabas esos reproches, esos toques, esas llamadas de atención de forma lasciva, como si los diablos de la autoridad, disfrutaran como chanchos mientras te quemaban el alma.
Y tus llantos?, a quien le importan tus llantos, ni tus hurras, si haces lo que debes hacer, nadie te premia, si cometes un error, todos participan en la zurra.
Y tus odios?, a quien le importan tus odios niña bella, si tu dulzura los esconde, si ya no existen venganzas en esos temas.
Y tu honra?, hace mucho la perdiste, la dejaste ir entre mentiras, la echaste al azar y eso es triste. Es más penoso que tener una familia profundamente traumatizada.

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