sábado, 3 de noviembre de 2012

Doll


No se asustó cuando la muñeca le dijo con voz angustiada:
-"estoy rota",
-"puedo coserte le contestó",
-"pero es que soy de plástico" repuso ella.
Era un reto, nunca había conocido a una muñeca que no fuera de trapo. No estaba seguro de poder arreglarla, pero decidió seguirla llevando consigo. Hablaba con ella, le contaba sus sueños, sus ilusiones, sus fantasías y algunas veces jugaba un momento, solo hasta que ella empezaba a quejarse; otras adivinando la muñeca sus intenciones, le recordaba:
-"sino vas a arreglarme, no me toques".  

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